sábado, 22 de noviembre de 2008

Parte 10. Punto y seguido.

Las seis miradas matadoras les dejaron a los tres con un revoloteo misterioso en sus adentros más profundos. Sara bajó rápido la mirada hacia su Capuccino, intentado evitar que sus mariposas se le escapasen en un patético aunque sincero 'te quiero'. Esa sensación se sucedió por los pasillos de la facultad una y otra vez, cada vez que aparecía él. Recordaba la frase de una canción, "él la mira sin mirar y ella le mira sin dejarse ver", podría haberla aplicado a cada instante de su antigua vida, pero esta mañana, al despertarse, había dado un gigantesco paso con sus diminutos pies, hacia otro mundo, un mundo que la atraía completamente hacia los atisbos de la felicidad, hacía una felicidad en concreto, la suya, que no había percibido en demasiado tiempo, y la primera demostración de la cual fue el despertar de sus mariposas frente a la mirada de él, dos mundos tan separados por una línea tan fina, y que ella había conseguido superar. Aunque no fue hasta una semana después, que sus mariposas volvieron a emerger.
Clase de economia. Examen. No sabemos nada. Se miran. Sonríe. Y Sara se va hacía adentro de ella misma, desde donde emergen un montón de mariposas, desde sus entrañas, pasando por el corazón, y directamente a su cabeza, con los versos más bonitos escritos en las alas, versos que no puede ignorar. Coge un papel de cualquier sitio y un boli. Y empieza el torrente de letras más bonito que la humanidad haya visto.
Se guada el papel en el bolsillo, no vaya a ser que se le olvide, y por un descuido toda su felicidad se vaya a la mierda.

Sale de la clase y deja el examen en blanco sobre la mesa, aunque al lado, había dibujado la sonrisa más sincera del día.
Cierra la puerta desde fuera y siente que estiran desde dentro, se gira sorprendida y se cae hacía adentro.
Él. Salen juntos de la clase, y se dirigen automáticamente hacia la cafetería sin mediar palabra.
Se sienta ella y él se va a la barra.
Vuelve, el capuccino y el descafeinado.

- ¿Qué tal? -dijo él mirando su café y sin levantar ni un milímetro la cabeza.
- Pues no muy bien.
- ¿Qué pasa?
- Pues que no he estudiado.
- No hablo del examen diota.






Y otra vez esa sensación. De que cuando le mira y sonrié el mundo se le cae encima, y la venguenza, y las ganas de salir corriendo se le juntan con todo lo que le quiere y las ganas de besarle. Y las mariposas vuelven. Con más versos. Coge una sevilleta y empieza a escribir. Atónito el mira la escena.
Se aferra a la servilleta como se de ello dependiese su vida y de nuevo, se guarda los mejores versos en el bolsillo.

- ¿Porqué lo haces? No te creas que no me he fijado.
- Luego se me olvida.
- Se te olvida todo.
- Todo menos una.
- ¿Cómo?
- Olvidalo, sé de que hablo.
- Y si lo sabes...
- Lo que tenga que decir ya te lo diré, el resto lo sé yo.
- Pues si tienes algo que decirme, ya sabes...
- Te digo que yo lo sé, dejalo anda. ¿No me explico verdad?
- Sólo dices que lo deje pero que lo sabes.
- Pues entonces ya sabes lo que pienso. ¿Qué piensas tú?
- No se lo que pienso porque no se lo que piensas tú.

Y entonces se arrepintió de no haberle cantado las cuarenta notas que tenía en el bolsillo, o de haberselas tirado a la cara, o de haberle besado, o de haber hecho cualquier cosas menos eso. Demasiado tarde.
Sus ojos contaban historias, novelas enteras con lujo de detalles en menos de un pestaño.
Y le había mirado, con una intrigante media sonrisa, de esas que a él tanto le gustaban.
Y otra vez, sin mediar palabra.
Se fue.

2 comentarios:

Princesa_DeAquelViejoReinoPerdido dijo...

Por qué será que me suena esa escena? jeje
Venga Anto (o venga, yo misma), lánzale esas notas, grítaselas, no dejes que esto se olvide, o peor aún, que se pudra en tu interior una rosa que debería haber florecido. Lo peor que le puede pasar a una carta de amor es que no tenga dirección escrita, sobre todo cuando es tan bonita y está tan bien escrita como esta historia.
Un besote enorme Antoo^^

malena dijo...

Nada que agregar. Repito lo que dijo Sara. Al amor hay que agarrarlo fuerte para que no se te escape... es tan escurridizo..
besitos.