viernes, 31 de octubre de 2008

Parte 7.

- Hola. Mi sombre es Suyay. Llevas aquí mucho tiempo por lo que veo.
Unos ojos verdes inmensos la miraban con curiosidad familiar.

- Hola sí, perdona ya me iba.

- No me has dicho tu nombre.

- Tengo prisa.

- No lo parece.

- Adiós.

La camarera observo sonriendo como ella se levantaba del suelo y se iba.
pero lejos de tener ganas de volver a casa, se dirigió otra vez hacia el parque de la fuente, el día gris parecía corresponderse con su estado de ánimo, pero otra vez, en la plaza todo era un mundo aparte, el sol se escapaba de la tristeza de las nubes, e iluminaba el único sitio del mundo donde parecía residir la felicidad, un trozo de suelo iluminado solemnemente, llamándola.

Ella se sentó en el banco. La luz iluminaba sus pies, los mismo que llevaban dos días sin pasar por casa, los mismos que llevaban años buscando la luz, y los mismo que comenzaban a fallar en su función, se quitó los zapatos, sus pies tocaron el frio suelo, mojado por el roció y por unas pocas gotas de lluvia, un escalofrió recorrió todo su cuerpo, hasta sus ojos, ojos que veían el elemento de su camino reluciente al sol.

Aquella visión despertó en el subconsciente de ella un alud de recuerdos, y a la vez una tormenta de ideas, pensamientos, notas mentales que se abandonan y que solo renacen con las más simples pero profundas sensaciones.

Aquello fue como una nota a pie de página. Recuerda que aún vives, y que HOY, puede ser el día, pero solo si tu quieres.

Decidió subir hacia su casa, y descalza, caminó aquellas calles como si cada paso fuese un suspiro de vida, notó y percibió todas las historias que habían pasado por allí, directamente sobre su piel.

Llegó a casa y fue directamente hacia la ducha.
Desprenderse de aquella ropa fue como arrancar una página de un cuento, para empezar a escribir una gran historia.
El agua resbalaba por su pelo borrando las lágrimas, incrustadas, de la noche anterior. Sus pies se desprendían del agua de las calles, pero preservando toda la esencia de su camino.

Subió a su habitación y cayó rendida en la cama, con el diario aún entre sus manos, desde el día anterior.

Por un par de instantes, o tal vez puede que tres, se planteó dejar los descubrimientos de su alma para otro día. Comenzaba a sentir la aguja del olvido penetrar fríamente en su pecho, dispuesta a revolverlo todo.

Pero decidió seguir, aquellas cosas de la vida que avanzan peligrosamente hacia nosotros apostando contra nuestra felicidad, son los obstáculos que nos hacen crecer cada día, y los que merecen ser superados.

Una vez superado el miedo al recuerdo volvió a abrir el diario, leyendo y releyendo líneas olvidadas en el tiempo, olvidadas bajo el manto de polvo que supone la indiferencia palabra por palabra iba recordando estos últimos dos días, llenos de todo un poquito, de lágrimas, de sonrisas, de lluvia, de sol, de ella misma, de su propia e indiscutible historia, una historia de amor, de amistad, del olvido y del recuerdo, pero sobretodo de la vida, y de las personas que pasan por ella, personas que en su caso, habían sido pocas, de lo más variadas, pero que seguían pendientes de encontrar en sus ojos el brillo que deja en los ojos de cualquiera, el hecho de poder superar el miedo, mirar la tristeza a la cara, escupir en la melancolía, subirse a lo más hondo de su pecho y gritar que no está sola, y que no lo estará nunca.

Sus ojos estaban a punto de cerrarse cuando se levantó de la cama con un salto, y en vez de dirigirse hacia la ventana de la estrella, la de cada noche, abrió las puertas que llevaba años sin abrir, un balcón diminuto sobresalía de la casa como escapando de todo lo que había dentro, y en aquel balcón fumo un cigarro, pero esta vez...

no sería el último, y sonrió.

13 comentarios:

Isia gey dijo...

Quedarse frío tras leer un capítulo de esta historia es imposible y ya no digo nada después de leer dos.

Lo más alucinante es la forma que tienes de expresar los sentimientos de la protagonista. Nunca había leído una historia de ficción que trnasmitiera tanto. De verdad, gracias por no decepcionarnos con lo que desde un principio se veía, sería una gran historia.

Besos

V de Vértigo dijo...

si, yo lo veo igual^^ y me alegra sinceramente ver cual es el sentido que le pones a todo esto, porque yo ni con esas...jaja

Princesa_DeAquelViejoReinoPerdido dijo...

Desprenderse de aquella ropa fue como arrancar una página de un cuento, para empezar a escribir una gran historia.
Me encantó esta parte, me la aplicaré^^
Lo que de verdad me gusta de esta historia es que verdaderamente no hay ningún acontecimiento y sin embargo ocurren un montón de cosas. Lo que de verdad es increíble es como haces que esos sentimientos se hagan personajes en tu escrito. Porque no es nada fácil.
Un beso Antoo(:

eliú dijo...

"...fue directamente hacia la ducha.
Desprenderse de aquella ropa fue como arrancar una página de un cuento, para empezar a escribir una gran historia.
El agua resbalaba por su pelo borrando las lágrimas, incrustadas, de la noche anterior..."


buenisima escena!

Hada del lago dijo...

Desprenderse de aquella ropa fue como arrancar una página de un cuento, para empezar a escribir una gran historia.

Me encanta la historia y la manera de dar forma a los sentimientos de los personajes. La volveré a releer :)

Un besiño!

Tinkampinho dijo...

Heeeey

Siento no haberme pasado antes por aqui.

No tuve mucho tiempo.

Que chulo el texto!

Reconzco que no soy un gran fan de la lectura, pero se reconocer esos relatos donde se le pone sentimiento aparte de la tinta.

Cuidate bss!

Princesa_DeAquelViejoReinoPerdido dijo...

Me gusta la foto. La sacaste tú?
Besiito

charlotte dijo...

Excelente remate antonella, cada vez escribes más lindo, tus textos tienen mucha poesía. Te enlace en mi blog para no perderte de vista, un abrazo grande guapa!

Princesa_DeAquelViejoReinoPerdido dijo...

Vaya... con que cambiando de loook eeh:P
A ver como acaba. Es bueno renovar de vez en cuando, aunque mi blog sigue siendo tan austero como cuando empezó hace mas de 100 entradas. El pobre tiene una dueña un poco negada para la informática
Un besote anto

Juan Angel Szama dijo...

voy a terminar creyendo que tengo alguna suerte de superpoder u algo.

Princesa_DeAquelViejoReinoPerdido dijo...

Se te ha olvidado como se escribe o es que tienes la mente demasiado ocupada con otros asuntiillos...? con un asuntiillo en concreto que yo me sé, XD. Ya me contarás que es de tu vida antoo.
Un besazo

Unknown dijo...

A mediados de los '50 apareció una autora adolescente, Françoise Sagán, que revolucionó a varias generaciones con su libro Bonjour Tristesse...he seguido minusiosamente cada uno de estos nueve capítulos y tu narrativa y el contenido me hizo acordar al "clima" que surgía de aquella obra "de culto" (si puedes conseguirla, leela, por favor)
Son muy interesantes tus textos, Antonella, como tu dices "tocan las fibras",despiertan sentimientos hacia esa muchacha con su diario.
Quiero dejarte un abrazo muy grande deseando que tus escritos tengan la buena respuesta que merecen.
Besos de tu amigp el REL

m. dijo...

hola preciosa!

el texto precioso, en tu linea. necesitaba leer algo asi hoy. yo tambien quiero que la ultima palabra sea SONREIR.

ahora me pasare por tu otro blog, q llevo tiempo yo desconectada d esto...

un besito y cuidate